١٦.٣.٠٧

Cuento para niños fuera de foco


Gris, escandalosa, asfixiante, violenta, indecente, apagada, muerta. Así era la ciudad de la Nulidad.

En esta ciudad, todos los días amanecían con un sol radiante, casi incinerador y por las noches florecía entre una maraña de cables de alta tensión, una luna, mordida, sin forma definida, de un color amarillo percudido. Era como si alguien hubiera arrojado un pedazo de papel grasiento y hecho bola, hacia el espacio exterior.

Todos los seres que vivían en la ciudad de la Nulidad, tenían características muy peculiares. Primeramente, eran entes que tenían una forma extraña, parecida a la de los seres humanos, pero en sus rostros no había señal de ojos, de boca, de nariz y tampoco tenían oídos. Su cuerpo era como de humo, una masa de gas concentrada en algún lugar especifico. En fin, eran seres borrosos, que tenían una vida, sabían que hacer y que no hacer, hacia donde ir cuando llovía, sabían que cuando sus borrosas tripas emitían un chillido infernal, era momento de dirigirse al súper y comprarse una buena ración de nada (una ración de nada, era uno de los platillos mas suculentos)

Dentro de esta ciudad, habitaba un borroso, su nombre era X. Él, al igual que todos los demás borrosos, trabajaba en una fabrica de nombre: LA NADA, ES LO QUE NOS IMPORTA, S. A. de C. V.

En aquella época, esta fabrica era la mas importante a nivel mundial, ya que era la primera productora de costales de nada.

La vida dentro de esta fabrica, transcurría de manera normal. Los trabajadores empezaban sus labores desde las 9:30 de la mañana y las concluían a las 2:30 de la tarde.

Un buen día, amaneció un publicado en la entrada de la fabrica, el cual invitaba a los trabajadores a dar su mayor esfuerzo durante una semana. En recompensa, el director otorgaría al trabajador seleccionado una semana de vacaciones.

X, al leer el comunicado, pensó si tenia algún caso esforzarse tanto, por tan solo una semana de vacaciones. Y se dijo a así mismo:

– Carajo, para que quiero una semana de vacaciones, si no hay a donde ir. Diciéndose esto entró a la fabrica, tomó su herramienta y empezó a trabajar.

Mas tarde, mientras X cerraba un costal de nada, su compañero y buen amigo, llamado: Indiferente, le informó que el director general lo esperaba en su oficina, quería hablar con él. X, inmediatamente dejó el costal en el piso y se dirigió a la oficina. Cuando llego al vestíbulo de la oficina, se encontró con un escritorio grande, viejo y despostillado de las esquinas. Detrás del escritorio se encontraba la secretaria del director, su nombre era: Insensible. Era una mancha rubia, alta y esbelta, que vestía un elegante conjunto sastre de color hueco, en fin una borrosa sumamente atractiva.

A un costado del escritorio se encontraba la puerta del director, era una puerta pequeña y de vidrio que en la parte superior tenia inscrito: Lic. Don Nulo Vació, Director General.

X, le mencionó a la señorita Insensible que tenia una cita con el director, y que hiciera el favor de anunciarlo. Insensible, ni siquiera se dio cuenta de la presencia de X, ya que estaba muy concentrada en su lectura. Claro, era el ultimo numero de Vanidades, donde traía un articulo muy interesante, que mencionaba una nueva terapia que servia para eliminar el estrés y esta consistía en picarse los ojos.

Afortunadamente, en ese momento pasó por la oficina una banda de jazz, lo cual distrajo la atención de Insensible y vio por primera vez a X, el cual le informó de su presencia.

Ya dentro de la oficina del director, este comenzó hablar y le dijo:

–Estimado señor X, lamento informarle que he recibido algunos informes realizados por sus superiores, donde mencionan que en los últimos meses, su producción ha bajado de manera alarmante, lo cual me obliga a pedirle que se una a esta gran avanzada de progreso y ponga lo mejor de usted, además, ya sabe, si lo logra, tendrá una larga semana de vacaciones –

Acabando de escuchar al señor director, X salió de la oficina, dispuesto a darlo todo, no importaba si tenia que trabajar tiempo extra, él tenia la obligación de demostrarle al director que era digno del trabajo.

Al final de esa semana, por medio de altavoces se les informó a los trabajadores quien era el elemento mas productivo de la fabrica.

¡SU ATENCIÓN POR FAVOR, EN ESTE MOMENTO DAREMOS LOS RESULTADOS DEL CONCURSO: QUIEN HAGA MAS NADA, SERÁ EL MEJOR.
Y EL GANADOR ES... EL SEÑOR X¡

En ese momento, todos los borrosos entre ellos su jefe inmediato el señor Mediocre, el jefe de piso el señor Me Vale, su compañero el señor Indiferente y por supuesto su mejor amigo el señor Insignificante, y bueno hasta la señorita Insensible estaban ahí. Todos empezaron a rodear a X para felicitarlo y aplaudirle, pero claro, en silencio.

Después de recibir todas las felicitaciones y recomendaciones, X tomó sus cosas y salió de la fabrica.

Como ya era un poco tarde, decidió caminar hasta su casa, lo acompañaba esa cosa extraña y sin forma: luna.

Durante el camino, se cruzó con una avenida que se llamaba Multiplicación del Norte, la cual le hizo recordar, que cuando era pequeño, su madre le advertía acerca de tal avenida. Le decía que nunca se acercara demasiado a ella, ya que ahí existía un parque que transformaba a los borrosos, haciendo de ellos quien sabe que cosas.

X, no le dio importancia a sus recuerdos y decidió caminar por la avenida. Ya en ella, una fuerza extraña lo comenzó a jalar hacia lo que parecía un parque. De repente, ya estaba en la entrada del parque, dio un paso hacia dentro, luego otro. Estaba dentro del parque y detrás de sí, las puertas se cerraron.

–Rayos- Pensó X, ahora tendré que caminar por este parque y desperdiciar mi valioso tiempo, con tanta nada que tengo que hacer.

Empezó a caminar por pasillos largos y un poco oscuros, los pasillos tenían muros de hierbas tupidas que no dejaban ver a través de ellos. El suelo de los senderos no se podía ver, ya que había un denso humo que le llegaba hasta las rodillas y no le permitía ver por donde se pisaba.

Al final del primer corredor, se encontró con un muro, no forrado de hierba, sino de un material que le permitía reflejar su forma borrosa en él, era un espejo, nunca antes había visto uno. Pensó que había sido un error fatal del diseñador poner algo tan feo en ese parque, por que además de mostrar una mancha fea, tenia escrita una pregunta, que para él no tenia ningún sentido.

¿De donde vienes? se leía en el espejo –Que pregunta tan estúpida pensó X, y así mismo se contestó – de la entrada, que más –

Justamente donde estaba el espejo, el sendero parecía que terminaba. X, giró mas de 180 grados su cabeza y vio otro sendero igual de largo que el anterior. Continuó caminando por él, y nuevamente, se encontró con otro espejo. El espejo, ahora mostraba la misma mancha borrosa, pero en lo que seria el rostro y a la altura de los ojos, se empezaban a distinguir dos pequeñas ranuras, por las cuales emanaban dos tenues ases de luz.

X, se dio cuenta, que a través de esas ranuras, podía ver formas diferentes a la nada. Podía ver colores y formas mas definidas, le gustó mucho la idea, pero había un problema. Esos nuevos ojos veían lo que querían. Así es, X no tenia ningún control sobre ellos.

Dentro de toda esa confusión visual, observó que el nuevo espejo, también lo cuestionaba. Ahora el espejo le preguntaba que quien era. X, se empezó a fastidiar, no le encontraba ningún motivo a las preguntas, puesto que el sabia perfectamente de donde venía y quien era,

Prosiguió por el sendero, y ocurrió algo interesante, empezó a escuchar un ruido parecido al de una gotera. El ruido era un constante tac…tac…tac…tac… Para X, esto era una experiencia totalmente nueva, ya que solamente había escuchado, la nada y el vació. Pero ahora también escuchaba tac…tac…tac..

Cuando llegó al tercer espejo, así es, otro espejo. La confusión visual, el constante tac y el fastidio de las preguntas, habían logrado que X se sintiera incomodo. –Caray,– se dijo para sí –creo que me están dando ganas de vomitar, me duele la cabeza y el mareo ya no lo soporto. En ese momento se dio cuenta que estaba sintiendo algo que no era nada. Así es, X podía sentir, aunque fuese incomodidad, pero sentía.

Casi arrastras continuó su camino, pues sabia que retroceder, significaba encontrarse de nuevo con esos molestos espejos.

X, decidido, continuó deslizándose por un corredor diferente, en el cual se encontraban nuevos espejos, pero ahora se mostraban mas violentos, insistentes e intimidantes. Los espejos ahora le preguntaban: ¿cómo te sientes X? ¿qué es lo que mas te gusta de ti? ¿que es lo que más odias de tu vida? ¿qué piensas hacer de ti? ¿tienes frío? ¿tienes hambre? ¿en que piensas en este momento X?

Fue demasiado, X sintió una leve brisa de vida que le humedecía el rostro. Lo invadieron el rencor, el coraje, el amor, la violencia, el confort, la paz, la inteligencia, la estupidez, las estrellas, el universo, el infinito, la vida, la muerte.

X, quedo agotado, suspendido, flotando en un universo de sensaciones. Consciente e inconsciente en el mismo tiempo y espacio.

La luna reflejaba su forma, así es X ya tenia forma, ya no era una masa de gas borrosa.

Cuando despertó, sintió como una energía muy cálida envolvía su nuevo cuerpo. El sol, que antes casi lo derretía, ahora lo llenaba de una vitalidad, para él desconocida.

Levanto el rostro y lo primero que observó fueron de miles luces de colores, que surgían del suelo para dirigirse al cielo, formando un gran sol blanco.

X, sabia que a partir de ese momento era diferente, sabia que no sabia, sabia que no sabia nada, sabia que no sabia de donde venia ni a donde ir, pero al menos, ahora era consiente de eso.

Se puso de pie y caminó hacia la salida, tirando en el bote de basura su nombre: X.

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